miércoles, 28 de enero de 2015

El océano al final del camino: ¡ten cuidado con las chinches!

Cuando vuelves al pueblo en el que te criaste no puedes evitar ponerte algo sentimental. Visitas viejos lugares y empiezas a recordar. Cómo la casa de tus padres con tu cuarto con chimenea. O la enorme calle que recorrías para ir al colegio. O a tu amiga Lettie que vivía en vieja granja al final del camino. La granja Hempstok que tiene un gran lago en el patio trasero. ¿O era un océano?. No, no. Es absurdo. Un océano no cabe en la parte de atrás de una granja. Porque, la granja en la que vivía Lettie era normal ¿O no?

En El océano al final del camino Neil Gaiman nos introduce en la cabeza de su "yo" de siete años. Pero Neil no menciona el nombre del protagonista, permitiéndonos a los lectores disfrutar de la aventura como si lo vivieramos nosotros mismos. De la mano de Lettie y ayudados por las misteriosas Hempstock, bucearemos en los recuerdos a la caza de una peligrosa pulga fugitiva y tal vez, descubramos que la magia no está tan lejos cómo creemos.

Las historias de Gaiman, a medio camino entre cuentos de hadas e historias cotidianas fluyen con una cadencia que sólo él es capaz de conseguir. El toque espeluznante y los personajes interesantes y bien construidos te dejan con ganas de más. Así que, ¿qué me decís? ¿Os animáis a volver a tener siete años y vivir una aventura fantástica cazando chinches?

sábado, 24 de enero de 2015

El Marciano, manual básico de supervivencia en Marte

Mark Watney tiene un pequeño contratiempo. Debido a un tonto malentendido que ha hecho que sus compañeros de misión lo den por muerto, nuestro protagonista se encuentra atrapado en el planeta rojo. Con comida para sólo unos pocos meses y sin manera alguna de enviar un SOS espacial que haga saber al resto del mundo que sigue vivo, su única esperanza es sobrevivir cuatro años hasta la siguiente misión. Armado con su ingenio y su buen humor, Mark le planta cara a todos los intentos de asesinato del hostil planeta pero como él mismo dice en la primera frase de esta novela: está bien jodido.

En El Marciano de Andy Weir nos metemos en la cabeza de su simpático protagonista y lo acompañamos mientras se busca las habichuelas creando la primera plantación marciana de patatas, sintetizando agua a partir de un peligroso combustible o haciendo el McGyver con los vehículos de superficie. La narración en primera persona y el reparto repleto personalidad, marcan el contrapunto perfecto para la gran cantidad de datos que nos brinda esta trepidante novela.

Con una precisión y un realismo impresionantes en todos los campos científicos que toca (informática, química, física, botánica, automoción...), una narración agradable y amena, secundarios bien construidos y un protagonista que convence y gusta desde el primer momento, El Marciano es una lectura obligatoria para cualquier amante de la ciencia ficción. ¡Corred a por leerla! ¡Mark os necesita!

Bonus Tip:

Esta reseña estaba en el tintero desde que leí la novela por que me impresionó, aunque ahora me impresiona aún más tras haber podido asistir a un HangOut y charlar un poco con el autor gracias a la editorial Nova.

Andy Weir es un informático apasionado de la ciencia y más en concreto de la ciencia ficción. Un día, en el blog que escribía historias para compartir con sus amigos planteó "¿Qué haría si me quedase atrapado en Marte y tuviera que sobrevivir?" y como buen apasionado, Andy se lo tomó muy en serio. Se planteó las situaciones que podría vivir y, dado que no tenía expertos a los que consultar, se documentó por su cuenta y comenzó a escribir.
Tres años después, El Marciano estaba finalizado en su blog: una novela cargada de veracidad que contiene con tan sólo dos incorrecciones científicas, ambas cometidas a drede en pos del argumento. ¿Os hacéis a la idea de lo increíble que es eso?

Si aún no sois fans de Andy Weir, tranquilos, hay más. Mr. Weir colgó el relato que había publicado en su blog en epub gratuito para facilitar la lectura a sus seguidores y, de paso, lo colgó en Amazon al módico precio de 1$. Después de meses de venderse como churros en Amazon, una editorial le compró los derechos. Cuatro días después, una productora de cine se los compró también y Ridley Scott está filmando en estos momentos una película con Matt Damon.

Y lo mejor de todo es que después de todo este éxito, Andy es una persona cercana, amable, risueña, algo payasa y, como él mismo reconoce, un "smartass" en toda regla. Igualito, igualito que Mark Watney excepto en un pequeño detalle: Andy tiene miedo a volar, mientras que Mark ha volado hasta Marte.