miércoles, 28 de enero de 2015

El océano al final del camino: ¡ten cuidado con las chinches!

Cuando vuelves al pueblo en el que te criaste no puedes evitar ponerte algo sentimental. Visitas viejos lugares y empiezas a recordar. Cómo la casa de tus padres con tu cuarto con chimenea. O la enorme calle que recorrías para ir al colegio. O a tu amiga Lettie que vivía en vieja granja al final del camino. La granja Hempstok que tiene un gran lago en el patio trasero. ¿O era un océano?. No, no. Es absurdo. Un océano no cabe en la parte de atrás de una granja. Porque, la granja en la que vivía Lettie era normal ¿O no?

En El océano al final del camino Neil Gaiman nos introduce en la cabeza de su "yo" de siete años. Pero Neil no menciona el nombre del protagonista, permitiéndonos a los lectores disfrutar de la aventura como si lo vivieramos nosotros mismos. De la mano de Lettie y ayudados por las misteriosas Hempstock, bucearemos en los recuerdos a la caza de una peligrosa pulga fugitiva y tal vez, descubramos que la magia no está tan lejos cómo creemos.

Las historias de Gaiman, a medio camino entre cuentos de hadas e historias cotidianas fluyen con una cadencia que sólo él es capaz de conseguir. El toque espeluznante y los personajes interesantes y bien construidos te dejan con ganas de más. Así que, ¿qué me decís? ¿Os animáis a volver a tener siete años y vivir una aventura fantástica cazando chinches?

No hay comentarios:

Publicar un comentario